jueves, 19 de enero de 2012

Stole my Heart

CAPÍTULO 1

Me desperté cuando oí el ruido de la persiana al lado, me gire para mirar quien era la persona que me sacaba de mis dulces sueños.

- Pero mama, que haces?. Le pregunté enfadada.

- Mi vida, si es la hora de levantarse, tienes que hacer las maletas para poder salir a la tarde.- como siempre me respondió con tranquilidad y con una sonrisa perfecta.

- Ay, es verdad.- le dije arrepentida por mi reacción.

Entonces mi madre salió de mi cuarto cerrando la puerta despacio. Detrás de ella como siempre dejaba su perfume que olía a frescura, me encantaba me traía muchos recuerdos del pasado. Me levante y fui al baño, me miré al espejo, si seguía siendo yo después de todo, seguía teniendo los mismos ojos marrones, el mismo pelo largo rubio, la misma tez pálida, después de todo seguía siendo la misma Paula. Me limpie la cara con agua templada y me fui a desayunar abajo.

- Papa, que me as preparado hoy?- Le pregunté con ansia.

- Pues un simple sandwich cielo.

- Oh que rico, me apetece muchísimo.- Le dije entusiasmada.

Comencé a comer, estaba buenísimo, por dios nadie preparaba mejor los sándwiches que mi padre. Cuando terminé lo metí todo al lavavajillas y me fui corriendo arriba.

- Paula.- Me llamó mi madre.

- Que quieres mama.- Le respondí asomando la cabeza a su cuarto.

- Pues podrías tener a un momento hasta que me maquille a Carol?

- Claro, pero oye que también existe Iñigo!- Dije quejándome mientras señalaba el cuarto de mi hermano mayor.

- Ya sabes, no lo va hacer. – Respondió con voz suplicante, mientras posaba su mano en mi mejilla.

- Bueno bale.

Entonces me fui a mi cuarto con mi hermanita en brazos que no paraba de tocar mi pelo. Me senté en la cama y deje a mi hermana al lado, cogí el portátil y me conecte al tuenti. Como no había nadie decidí poner música y empezar a hacer la maleta de viaje. Como ya tenía pensado que llevar no se me hico difícil, simplemente cogí 6 vestidos nuevos, 3 shorts, 10 camisetas cortas, 4 faldas de estampados con sus camisetas ajuego, y zapatos cómodos para andar y para la noche unas cuantas sudaderas que me gustaban tanto. Ya lo tenía todo, entonces contenta cogí a Carol salí de mi habitación y llame a Natalia, mi mejor amiga.

- Hola soy Paula, esta Sara?- Dije educadamente al padre de Sara.

- Si ahora se pone, espera.

- Si?-

- Sara soy yo Paula.- Le informé, parecía que no reconocía mi voz.

- Aaaah Paula, buenos días, es que me has pillado en la cama.

- Perdón perdón, bueno hoy quedaras no?- Le pregunté riendo.

- Bueno es que… lo siento pero no puedo quedar.- Me respondió disculpándose.

- Pero como que no puedes quedar pero si es mu ultimo día de verano aquí.- Le dije horrorizaba solo de pensar que no le volvería a ver.

- Lo siento, pero no puedo. Bueno me tengo que ir, adiós te quiero.- Se despidió y me colgó.

Yo me quede hay de pie paralizada hasta que mi hermana empezó a tirar de mis pelos todavía en sus manos. Entonces llame a otra amiga con esperanza de que saliera.

- Hola Ana, una cosa quedarás?

- No, pero puedes venir a mi casa a ver una película si quieres.- Me respondió con inseguridad.

Yo sabiendo que solo tenía esa opción acepte sin entusiasmo.

- Bueno bale cuando?

- Bueno a las cinco y media esta bien?

- Bale, ay estaré.

De tal enfado que tenía ni le pregunté que película veríamos, aunque me daba igual. Entonces mi madre vino al lado mio y cogió de nuevo a Carol.

- Gracias mi vida. – Me agradeció con una sonrisa de oreja a oreja.

Sin responderle me fui a mi habitación que seguía con la música puesta, en ese momento sonaba Cold Play. Cogí la guitarra y empecé a tocar la misma canción que sonaba en mi habitación. Para cuando me di cuenta ya había tocado 13 canciónes, y entonces guardé la guitarra en su sitió y salí con algunas ropas en la mano hacía el baño, para ducharme. El agua caliente que recorría mi cuerpo me hico que se me olvidará todo, y disfrute de mi ducha. Salí ya del cuarto de baño vestida y bajé la escaleras hacía la sala para ver Los Simpsons, que empezaba ya.

- Paula, la comida ya está preparada ven.- Me llamo mi padre desde la cocina, que desde donde estaba yo se olía la deliciosa pasta que había preparado.

- Voi.- Le respondí mientras se me caía la baba de lo rico que olia la comida.

Yo, como toda la familia incluida mi hermana comíamos con ansia. Cuando terminamos recogimos la cocina y yo me fui al cuarto para terminarme de preparar, me peine, me puse los zapatos cogí el bolso y salí hacia la casa de mi amiga, salí con anterioridad suponiendo que tardaría bastante hasta llegar a su casa, que estaba bastante lejos. Mientras llegaba, solo pensaba en él, en ese chico que me gustaba, no nó me gustaba solo estaba loca por el. Solo con imaginar su sonrisa me hacia sonreir, y hasta lo veía acercarse hacía mi en esos momentos lo vi venir en mi dirección con su pelo marrón y ojos azules mar perdiéndome en sus ojos preciosos oí su voz diciendo mi nombre.

- Paulaa Me han dicho que te vas para todo el verano.. Me preguntó con una sonrisa.

- A hola Alex, bueno si es verdad me voy a Italia.- Le dije mientras bajaba la cabeza para mirar al suelo.

- Bueno pero no quieres ir o que?- Me preguntó con curiosidad, mientras que con su mano me levantaba la cabeza.

- Bueno, si pero es que… es todo el verano y yo también quiero estar aquí con mis amigos.- Le respondí con tristeza.

- Ya es verdad pero, tendrías que estar contenta por poder ir a Italia, ya me gustaría ir a mí. – Parecía que lo decía en serio, y yo en esos momentos tenía ganas de decirle el porqué de mis lamentos, pero no podía-

- Pero…- No sabía que decir me perdía en sus ojos azules cielo, cuando lo miraba me quedaba paralizada, helada.

- Te diré una cosa.- Entonces sus labios se acercaron a mi oído- Yo te esperaré. – Después de decir eso sonrió y se fue hacia la dirección contraría de la que había venido.

Me quede hay sin hacer nada, quieta como una estatua, mientras en mi cabeza sus ultimas palabras daban vueltas y vueltas. Hasta que mi móvil sonó dándome un susto, lo busque en el bolso y lo encontré pero para cuando lo hice la llamada se había cortad, miré el reloj eran las 6 menos cuarto, entonces empecé a correr hacía la casa de Ana, cuando llegue estaba jadeando, ya que me había caído dos veces y tropezado una cuantas veces. Toqué el timbre y para mi sorpresa me la abrió su abuela.

- Buenos días.- Le salude con una sonrisa.

- A hola, pasa hija pasa, no te quedes ay parada.- ME indicó con la mano que estaba en la tercera planta.

Entonces subí las escales, me parecía que no se terminaban nunca, llegue cansadísima y abrí la única puerta que había con inseguridad. Cuando la puerta se abrió del todo.

- Sorpresaaaaaaaaaaaaaa.- Me dijeron en coro todas mis amigas.

- O vaya que sorpresa, muchísimas gracias a todas. – Le dije mientras me daba cuenta que me estaba sonrojando cada vez más.

- Bueno, la verdad que la idea había sido de Sara.- Me informó una de mis amigas, María.

En ese momento vi una chica muy alta de pelo castaño, y ojos azules miarandomé fijamente con expresión de vergüenza, salió de detrás de algunas amigas del cuarto gigante que en la mitad habían colocado dos mesas con comida, había globos por todas partes, adornos, precioso todo era perfecto.

- Hola.- Me dijo saludando con la mano tímida, sabía que no le gustaban ese tipo de cosas de reconocer que había sido su idea.

Fui corriendo a abrazarle, pero en vez de eso le pegue con el puño en el hombro.

- Autx, pero que haces?- Todo el mundo me miraba con cara rara, pero supongo que me daba igual.

- Pero eres tonta, yo preocupada que no querías salir con migo en mi ultimo día… esta me había deprimido…!- Acto seguido le abrace con todas mis fuerzas las dos nos estábamos riendo, de lo estúpida que llegaba a ser algunas veces.

- Chicas muchísimas gracias es perfecto de verdad.- Lo dije de todo corazón, la verdad es que no me lo creía.

Entonces alguien puso la música muy alta, y todas empezamos a bailar, a bailar como locas. En esos momentos me sentía muy afortunada. Me controlé por no beber mucho dos vasos o así, con eso bastaba, aunque muchas se emborracharon se notaba que al día siguiente no iban a ninguna parte.

- Paula, te gusta no?- Me preguntó Aida con curiosidad.

- Claro que si, es perfecto.- Le respondí con franqueza pero no del todo la verdad faltaba solo una cosa, solo una que aunque espere no vino en todo la noche.

Para cuando me di cuenta mi móvil sonaba, era mi madre preocupada claramente, como no. Antes de coger el teléfono salí de la habitación para que me oyera mejor.

- Si?

- Pero Paula donde estas?

- A mama, me han hecho una fiesta que hora es pues?

- Pues bastante tarde, son… son las 11 de la noche, ya sabes que mañana nos levantamos a la 6 de la mañana, ose a que ven con prudencia.- Me advirtió, pero era raro estaba tranquila.

- Si mama, no te preocupes iré dentro de poco, no me esperes.

- No nó lo haré me voí a la cama dentro de cinco minutos.

- Buenas noches mama.- Después de decirle estas palabras corté y me fui a dentro otra vez, para aprovechar lo poco que me quedaba.

Claramente lo di todo, pero llego la hora de irme, o sino al día siguiente estaría muerta. Cuando llegue a casa acompañada de Sonia una amiga que vivía más lejos que yo.

- Sonia, muchísimas gracias por acompañarme a casa. Hasta no se cuando.- Le di dos besos y me fui a casa.

Abrí la puerta con cuidado para no despertar a nadie, subí las escaleras con el mismo cuidado me metí en la cama.


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